Hombres y nombres

         El afán de perpetuarse en la memoria de los hombres es y ha sido uno de los principales motores que han hecho avanzar a la Humanidad. Llámese megalomanía, ansia de poder, complejo de superioridad o simplemente un modo de prolongar la propia existencia a ttravés del símbolo más definitivo y personal que todo hombre posee: sus apellidos.
 
         Muchos próceres, recordados por su obra, han inscrito su nombre entre las interminables listas de obligada memorización escolar, destinadas a la adquisición de un sólido barniz cultural, sin que obra y nombre queden ligados de forma inmediata. Otros han sido recordados por la popularidad de su nombre, aunque sus obras se mantengan en el incierto limbo mental en el que se embute todo lo mal aprendido.
         Sin embargo, un cierto número de seres humanos, ha perpetuado su nombre a través del consumismo de sus congéneres, hasta tal punto que se les asocia más a un objeto que a una persona. En algunos casos, se ha hecho de forma deliberada, al bautizar un invento o una empresa con el propio apellido, entre otros, ha sido historia la que ha unido personajes y concepto.
         Tales son los casos del Capitán Charles C. Boycott (1832-1897), empleado por el conde de Erne para recaudar los fuertes alquileres a los que sometía a sus pobres granjeros irlandeses. Los arrendatarios se rebelaron decidiendo no pagar y su acción fue tan popular, que dio origen a la palabra "boicot": exclusión de toda relación comercial, que, por acuerdo de la clase o gremio correspondiente, se impone a un individuo o razón social.
         Nicolás Chauvin fue un soldado de Napoleón, herido 17 veces y jubilado con una pensión miserable. Fiel hasta la muerte a Napoleón, le alabó constantemente sin recriminación alguna. Su historia fue tema de canciones populares y de su nombre derivó "chauvinismo", galicismo de patriotería.
         Etienne de Silhouette (1709-1767), interventor general de Luis XV, intentó sanear la paupérrima economía del país, imponiendo multitud de nuevos impuestos y gravando enormemente los existentes. En poco tiempo se convirtió en el hombre más impopular de París y su nombre se asoció a los famosos retratos de sombras en los que se perfila, o "siluetea", en negro y sobre un fondo claro, la figura del retratado.
         A las cinco de la mañana del 6 de agosto de 1762 John Montagu, 4º conde de Sandwich e inveterado jugador, en plena partida de cartas y poseedor de una buena jugada, sintió la dolorosa punzada del hambre. Poco dispuesto a cambiar la mesa de juego por la de la comida, ordenó a su criado que le trajera una loncha de carne entre dos piezas de pan tostado. El primer bocadillo-sandwich de la historia acababa de nacer.
         El conde, hombre de pocas virtudes y famoso por sus orgías y partidas de cartas, cuenta con una anécdota que lo marcó popularmente. Un día, en plena discusión con uno de sus peores enemigos, un tal Wilkes, le espetó: "Usted Wilkes acabará muriendo en el patíbulo o víctima de la sífilis". A lo que Wilkes respondió: "Eso dependerá, señor, de si abrazo sus principios o a su señora".
         San Pantaleón fué uno de los cristianos condenados a muerte en el año 305 de nuestra era. Ante los atónitos ojos de los verdugos resistió milagrosamente el fuego, el agua, la rueda, la espada y los leones, escapando seis veces de una muerte segura.
         Durante el siglo XV hubo en Venecia un resurgimiento de fervor hacia el santo y su popularidad alcanzó a la Comedia dell'arte, creándose un curioso personaje, de nombre Pantaleón y de extraña vestidura, en la que destacaba un calzón ajustado a las piernas y ceñido hasta las rodillas. Su imagen recorrió Europa junto con su especial calzón, hasta que en Londres, a finales de 1600, se puso de moda, y se le llamó "pantaloons".
         La infancia del escritor austríaco Leopold Von Sanche-Masoch (1835-1895), estuvo marcada por su niñera Handscha, que lo aterrorizaba contándole historias sangrientas. El crecer bajo la sombra de una mujer autoritaria y morbosa, lo influenció tanto, que ya adulto, necesitó de la tortura y el dolor físico infligido por una mujer dominante para sentir placer. De ahí, el sadomasoquismo entró a formar parte en la moderna cultura sexual.
         Jeat Nicot (1530-1600) prestó un flaco servicio a la humanidad al extender el tabaco con verdadero fervor por toda la cultura occidental del siglo XVI.
         Jules Loetard fue el más famoso acróbata del siglo XIX. Se hizo famoso el atuendo especial que usaba para sus acrobacias. Se trataba de tela flexible, sumamente ceñida al cuerpo, cubriéndolo de cabeza a pies para dar gran libertad de actuación a las extremidades. Y como él mismo explicó en sus memorias "destacaba de un modo natural los atributos masculinos".
         Actualmente se conoce el mismo tipo de prenda como "leotardo", mientras que "leotardos", en plural, define un tipo de medias femeninas.
         Joseph Ignace Guillotin (1738-1814) no fue el inventor material del siniestro aparato, ejecutor de tantas decapitaciones en la Revolución francesa, pero fué su incentivador moral, ya que solicitó, en un emotivo discurso en la Asamblea Nacional, la implantación de un sistema de ejecuciones que fuera más caritativo que el de la espada y la horca, y que igualara en categoría social a todos los condenados. Lo de la igualdad ante la muerte corrió como la pólvora y aunque fue Antoine Luis el verdadero diseñador del artefacto asesino, éste fue conocido definitivamente como "la guillotina".
         El marqués Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814) era un aristócrata francés fascinado por el sexo y los límites del dolor y del placer experimentables en el cuerpo humano. Debido a sus comprobaciones empíricas, que derivaron en escandalosos crímenes de índole sexual, pasó muchos años en las cárceles, en donde escribió numerosas obras.
         La mayoría de los grandes científicos del XVIII y XIX bautizaron con su nombre el descubrimiento que los llevó a la fama: Luigi Galvini, Carl Gauss, R. W. Bunsen, Amadeo Avogadro, Agustín Fresnel... y otros convirtieron su apellido en la unidad de medida de aquél fenómeno que había investigado: Alejando Volta, James Watt, Georg Ohm, Charles Coulomb, Heinrich Hertz, Michael Faraday, André Marie Ampere...
         William Lynch no fue el inventor de los linchamientos, pero los popularizó tanto, que el acto de un grupo de personas que ejecuta a alguien sin ningún trámite ni juicio legal, se llama linchamiento. Lynch era un juez del estado de Virginia, que en 1885, decidió que la ley no llegaba con el debido rigor a determinados forajidos. Organizó una banda de "defensores del orden" y se dedicó a la caza de bandidos y a su inmediata ejecución por medio de la horca. Desde 1885 hasta hoy, se han producido más de 5000 linchamientos, sólo en Estados Unidos.
         Antoine Joseph Sax (1814-1894) trabajaba en Bruselas, con su padre y diez hermanos en la fabricación de instrumentos musicales. Intentando perfeccionar un clarinete inventó un nuevo instrumento: el saxofón. Conoció a Berlioz, consiguiendo que incluyera el nuevo sonido en alguna de sus composiciones y aunque tardó muchos años en popularizar el instrumento, se hizo rico.
         Samuel Colt (1814-1862) fue el inventor de la más legendaria arma del Oeste americano: el revólver de seis disparos y piezas intercambiables. A los 16 años, Colt se fugó de casa en un barco y allí diseñó su primer modelo haciendo una maqueta de madera. Patentó el arma e inició su fabricación masiva, llegando a ser uno de los hombres más ricos de Norteamérica.
         Muchas armas llevan el nombre de su creador: El Gran Berta, fue el gigantesco cañón alemán que bombardeó París en 1918 y el nombre surge de su fabricante Berta Krupp Von Bohlen. El cuchillo Bowie, popular arma del oeste norteamericano, debe su nombre a Jim Bowie, héroe del El Álamo. Derringer diseñó una pistola pequeña y de gran calibre, en su armería de Filadelfia. Los hermanos Mauser crearon el famoso fusil Mauser, primero de su clase accionado a cerrojo y que vendieron al ejército prusiano en 1871.
         Si en ocasiones un invento es bautizado con el nombre del inventor, más frecuente es dar el nombre a una empresa o a un producto. Algunos tienen connotaciones nutritivas como Henri Nestlé, comerciante y artesano alemán que se trasladó a Vevey (Suiza) en 1843, en donde desarrolló la idea de encontrar un sustituto para la leche materna, dado el elevado índice de mortalidad infantil por desnutrición. Su leche en polvo y su leche condensada fueron un rotundo éxito y su fama y su fortuna se extendieron por todo el mundo.
         La empresa Nestlé no empezó a fabricar chocolates hasta 1904 y el Nescafé no surgió hasta 1938, pero su fundador había vendida la empresa a tres acomodados burgueses suizos en 1875 y sólo su nombre acompañó a los productos.
         El barón Von Liebig fue uno de los primeros químicos orgánicos del mundo, al que se debe, entre otros descubrimientos, el de fabricar extractos de materias alimenticias, por lo que su nombre se convirtió en una famosa marca de extractos.
         Josep Campbell, mercader de frutas de New Jersey, empezó a investigar sobre la conservación de alimentos y en 1869 descubrió que, evaporando parte del agua de una sopa, añadiendo un poco de química y enlatando en pequeños botes el resultado, obtenía una sopa envasada, fácilmente conservable. Hoy la empresa envasa más de 600 comestibles diferentes.
         Oscar Mayer era un inmigrante alemán que trabajaba en los Estados Unidos como obrero en una fábrica de envasados. En 1883 reunió a sus dos hermanos y con un pequeño préstamo montaron un chiringuito de salsichas en el norte de Chicago. Como uno de los hermanos había estado estudiando en Nuremberg el arte de los embutidos, lanzaron las salsichas alemanas al estilo bávaro y tuvieron tal éxito, que pronto ampliaron el negocio y diseñaron nuevas máquinas para envasar las salchichas, conocidas popularmente como hot-dog (perro-caliente). Actualmente la empresa fabrica 36000 hot-dogs por hora.
         James L. Kraft, canadiense afincado en Chicago, tenía un pequeño negocio de distribución de quesos. Temprano por la mañana iba con sus hermanos al mercado y compraba quesos, que revendía a lo largo del día en pequeños negocios. Llegó a distribuir 31 variedades de quesos. Un día decidieron probar a envasar uno de los quesos en pequeñas cajas rectangulares de madera y ponerles su apellido. En menos de un mes atendían un pedido de 15000 cajas diarias.
         La historia de los hermanos McDonald empieza en 1954, cuando un experimentado vendedor ambulante se asoció con ellos y convirtió su pequeño bar de hamburguesas de una terminal de autobuses de San Bernardino (California) en una empresa multinacional. Observando cómo vendían a través de su pequeño mostrador, les propuso dinamizar las ventas y extender el negocio en otros estados. Los McDonald le dieron la concesión del nombre para abrir nuevos locales. En 1960 habían unos 250 McDonalds funcionando a todo ritmo en el territorio norteamericano y en 1992 habían unos 1600 distribuidos por todo el mundo.
         Henry Ford nació en 1863 en el seno de una familia de granjeros. Su afición a la mecánica lo llevó a investigar sobre un reciente invento de Cahrles Duryle, que en 1892 asombró el mundo con el primer automóvil. Ford se dijo que podría mejorar el invento y se aplicó en la tarea, trabajando más de 10 horas diarias sin descanso, durante siete años. En 1897 salió a la luz pública el primer Ford, modelo A, y en 1899 ya tenía dos nuevos modelos perfeccionados en el mercado.
         Ford estructuró las primeras cadenas de producción automovilísticas y pronto consiguió que la mitad de los coches que circulaban por la nación fueran de su marca.
         Mientras, en Europa, el ingeniero alemán Karl Benz construía un motor de gas de dos tiempos y, en 1886, patentaba su primer vehículo. Daimler investigaba un motor a gasolina y Rudolf Diesel investigaba un "motor térmico racional".
         La era del automóvil se había iniciado y, paralelamente, la de la aviación hacía sus pinitos con la construcción de grandes dirigibles aéreos. El sabio alemán Ferdinand Graf Von Zeppelin fue un pionero en este terreno, dándose su nombre a tales máquinas volantes.
         William Edward Boeing se interesó por la incipiente aviación cuando quiso inventar un aparato que le permitiera ir con rapidez desde Washington a los lagos, a fin de practicar la pesca los fines de semana. En 1916, absorto en el tema, montó una fábrica para construir un modelo de hidroavión que fué un éxito comercial. Estableció una línea de correo aéreo y durante la Segunda Guerra Mundial ya fabricaba bombarderos para el Ejército. A partir de entonces la Compañía Boeing produjo diversos modelos de avión hasta que, en 1969, sacó al mercado el Jumbo 474, llamado el "castillo del aire" por sus gigantescas dimensiones y su gran capacidad.
         Cuando, en 1850, el judío alemán Levi Strauss llegó con sus 20 años a San Francisco, para vender a los mineros tela de lona para tiendas de campaña, poco pensaba que su ruinoso negocio iba a dar un giro tan increíble. Las pocas ventas le indujeron a utilizar la tela en hacer pantalones resistentes para el duro trabajo en las minas. El inesperado éxito se vio incrementado con la introducción, por parte de un socio, de los remaches metálicos en los bolsillos, a fin de evitar desgarrones, convirtiéndolo en una de las principales características de la marca.
         William Colgate empezó a fabricar jabón en 1806 y lo vendía en su pequeña tienda neoyorkina. Pero su gran invento fue la venta de pasta dentrífica en un tubo, antes vendida en jarras.
         Irving y Clarence Scott tenían un pequeño negocio de reciclaje de papel recogido en la calle. En 1879, a causa de unas dolorosas hemorroides, Irving descubrió que las hojas de papel, que hasta entonces se habían usado en los servicios, eran demasiado ásperas. Los dos hermanos se aplicaron en la tarea de buscar nuevas texturas más suaves y un sistema más cómodo de almacenaje e inventaron los actuales rollos de papel higiénico, que han perdurado sin ninguna modificación. Millones de traseros delicados en todo el mundo han agradecido el portentoso invento de los hermanos Scott.
         La lista de hombres-marca es muy extensa ya que, entre la vanidad y los copyrights, el poner el apellido al producto fabricado ha resultado ser práctica usual.
         Para completar una interminable relación añadamos los nombres de George Westinghouse (1846-1914) (neveras), ingeniero y fabricante, introdujo numerosos inventos en distintos campos, sobre todo en la industria del ferrocarril. Su invento más famoso fue el freno neumático, que acabó empleándose en todos los trenes.
         King C. Gillette (máquinas de afeitar), Richard W. Sears (almacenes). Walter Chrysler (1875-1940) (automóviles). Conrad Hilton (hoteles). Harvey Samuel Firestone (1868-1938) (neumáticos). Samuel Johnson (artículos de limpieza).
         Edwin Herbert Land (1909-1991) (cámaras Polaroid Land). Isaac Merrit Singer (1811-1875) (máquinas de coser, y también introdujo las prácticas comerciales del pago a plazos y las campañas de publicidad). William K. Kellogg (cereales/corn flakes). Arthur y Charles Libby (zumos de frutas). Duncan Black y Alonso G. Decker (taladradoras) y Philip Morris (tabaco).
         Resulta curioso pensar, al adquirir un producto etiquetado con alguna de las marcas mencionadas, que tras aquel objeto se esconde la historia personal de alguien, que vivió con el mismo apellido que hoy distingue al producto.

 
 
Ampére (12Kb) El científico André Marie Ampére cuyo apellido lleva la unidad de intensidad de corrientes eléctricas.
Benz (7Kb) Karl Benz dio su apellido a los automóviles Mercedes.
Diesel (8Kb) Rudolf Diesel bautizó un motor que funcionaba con gasóleo.
Ford (12Kb) Henry Ford trabajó intensamente durante años para crear su automóvil.
Fresnel (8Kb) Agustín Fresnel inventó unas lentes muy usadas en cine.
Guillotina (8Kb) El famoso invento de Joseph Ignace Guillotin.
Liebig (6Kb) El barón Justus Von Liebig dió su nombre a una conocida marca de extractos.
Nestlé (10Kb) Henri Nestlé empezó fabricando un sustituto de la leche materna.
Patek (8Kb) Adrien Philippe y Antoine de Patek fundaron en 1839 su marca de relojes.
Volta (13Kb) Alejandro Volta ha dado nombre a la unidad de fuerza.
Watt (8Kb) La unidad de potencia lleva el nombre de James Watt.
Westinghouse (9Kb) George Westinghouse dió nombre a la marca de neveras, su invento más famoso fué el freno neumático, que acabó empleándose en todos los trenes.
Zeppelin (13Kb) El sabio alemán Von Zeppelin, inventor del conocido ingenio volador.

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